Un Rato para la autocrítica

12 02 2011

1.200 economistas del FMI no supieron, o no quisieron, ver en 2004 la crisis que se avecinaba. No eran del Gobierno de España

El informe del Fondo Monetario Internacional sobre el trato a las amenazas que se cernían en 2004 sobre la economía internacional revienta la tesis de que en España la crisis se agudizó porque el Gobierno tardó en verla. El FMI estaba presidido por quien fuera vicepresidente económico del Gobierno de Aznar, Rodrigo de Rato. Según su Oficina de Evaluación Independiente, el FMI puso como ejemplo alguna de las prácticas más destructivas, desoyó señales de alerta y tuvo una doble vara de medir: fue duro con países emergentes y complaciente con los países ricos, en especial EE UU, que acabó siendo el foco de la crisis, o alababa la estrategia de Islandia, hoy en quiebra financiera. En su informe del verano de 2007, cuando se avecinaba la crisis, decía: «Las perspectivas son las mejores en años. La economía está lista para un periodo de crecimiento sostenido».


¿Quiere eso decir que Rato no vale para presidir una de las cajas más poderosas de Europa? No haré lo que otros le hacen al Gobierno de España. 1.200 economistas del FMI no supieron, o no quisieron ver, la que se avecinaba. El apoyo que Rato expresa a ese ejercicio de autocrítica avala a quienes sostenemos que la crisis tiene tantos culpables como pocos inocentes. Los organismos de vigilancia internacional fallaron antes que cualquier gobierno. El modelo imperante, donde inmuebles sobretasados arrastraron incluso a buenos y necesarios constructores, muestra que no sirven los reproches sino corregir los errores. Unos desde el consenso, como el Pacto Social y Político para Extremadura; otras élites con observatorios o pactos locales, pero todos reconociendo que nadie predijo los perversos efectos de tanto ladrillo, tanto crédito para consumo y tan poco valor añadido en lo que producíamos.


La Alianza para internacionalizar Extremadura nos obliga a ofrecer a los mercados nuestra riqueza agroalimentaria, nuestro modelo sanitario o de desarrollo rural, con creatividad para despertar interés añadido. Ofrecer una región, que se contaminó menos por el aire especulativo que hunde las esperanzas en la costa, pero que reclama, con tanto territorio virgen, las mismas oportunidades que han tenido otros polos de España por decisiones políticas o de equilibrio histórico. Extremadura crecerá por encima de la media española, según el estudio del BBVA Research, sólo superada por comunidades forales, Madrid, Baleares y La Rioja, aunque aún muy lejos de poder reducir el desempleo como el resto del país. BBVA pronostica que las de mayor déficit -no nuestro caso- tardarán más en salir. Lógico en estos informes que, por lo visto en el FMI, tienen valor de incredulidad hasta que pase el año. No sólo porque no predijeron las consecuencias negativas de aquella riqueza virtual sino porque -si a finales de abril el Ministerio avala el cumplimiento de la legalidad medioambiental de un proyecto industrial tras siete años de espera- ese crecimiento en Extremadura puede ser aún mayor y se darían las bases para aplicar esa economía basada en el conocimiento, las TIC y el I+D+i que utiliza la jerga de analistas financieros para decirnos, simplemente, que antes se equivocaron.


12 de febrero de 2011

Libro: “Macroeconomía: primeros conceptos”. Autor: Javier Díaz Giménez. Antonio Bosch eds. 1999. 476 págs.

 

 

Sitio recomendado: Sede del Fondo Monetario Internacional. Whasington D.C. EE.UU.