117.890 parados

9 07 2011

Restar sólo una de estas desgracias personales, evaluará la certeza de tanta palabrería electoral

Todas las cifras son insignificantes ante esta. Da igual que alguien diga que reducirá de 11 a 7 consejerías para, a pocos minutos, aumentar a 1.100 los invitados en una ceremonia imperial. Poco importa que ese incremento protocolario se cubra con otras tantas sillas en alquiler y con 14 pantallas de vídeo para mejor visión. Tampoco que sea la octava investidura entre los presidentes autonómicos extremeños, aunque todas estas parafernalias aparenten que la historia comenzó ayer, ‘primer día’ de una nueva era. Poco importan ya 3 diputados que se diluyen en una legislatura, donde otros 32 aún no entendieron que tendrán que negociar, a través de su portavoz, el destino de esta región para los próximos 4 años con otros 30, que deben aprender a servir a Extremadura desde la única oposición. No tiene mayor relevancia solicitar escoltas para hacer footing una mañana, como lo hacía Bush o la misma Madonna; ni 10 asesores en un ala oeste que no existe más que en series televisivas; ni resumir un discurso en 10 píldoras. Lo único relevante en este nuevo periodo democrático para la región son los 117.890 parados que están inscritos en el SEXPE. A partir del lunes, disminuir esa cifra tiene otros responsables, con nombres y apellidos.

No lo digo yo. Tampoco el programa electoral de las 993 medidas con las que concurrió el PP a los comicios del 22 de mayo. Lo dice el nuevo presidente: «Los parados piden soluciones, no discrepancias. Ahora es posible cambiar la historia». También, el portavoz parlamentario que enseña el discurso destinado al propio Monago si 3 diputados no hubieran decidido que debía envolverse con el consenso para tapar las vendettas: «A partir de hoy, trabajará por mejorar las nefastas tasas de paro». Pues ahí están: 117.890 hombres y mujeres de Extremadura que no sólo son desempleados; algunos se dieron de alta en Madrid o en la costa con el falso sueño de la construcción; se endeudaron creyendo que el dinero nunca se devolvería a aquellos amables banqueros. Ya no son responsabilidad de los de antes. Los parados antes eran de Vara o de ZP, nunca de alcaldes o de los presidentes autonómicos del PP. Ni siquiera en Badajoz, Mérida o Cáceres podrán argumentar que la culpa es de la Junta porque ahora la Junta luce su color.

El presidente ha decidido asumir en primera persona del singular un discurso del cambio, donde el empleo -junto a una austeridad ya emborronada por las primeras horas- se ha convertido en la principal oferta: «Gobernar no va a ser difícil; difícil es apagar un incendio», ha dicho esta semana. Pues ahí está el baremo que convierte la política en ciencia, más allá de la retórica que deriva en populismo y demagogia. En otra imitación, el nuevo presidente se resistió a comprometer una cifra de empleo. Es legítimo esconder el engaño. Pero los 117.890 parados es un número oficial y público. Restar sólo una de estas desgracias personales, evaluará la certeza de tanta palabrería electoral. Por si acaso, uno de sus referentes, Esperanza Aguirre, en Madrid desde hace décadas, y responsable también del devenir de esa comunidad, advierte: «No tenemos un puto duro».

Diario HOY, 9 de julio de 2011

Libro: “El Secreto”. Autor: Rhonda Byrne. Editorial Urano. Barcelona, 2007. 224 pags. 22 euros.

Sitio recomendado: Museo Nacional de Arte Romano. Mérida. Extremadura