“Es el campo, idiota”

29 04 2011

El PP de Extremadura defendía ya en mayo del pasado año que se recortara el salario de los trabajadores agrarios

Pasó por Extremadura el embajador de los EE UU, Alan Solomont. Le regaló una biografía de Obama al presidente de la Junta, Fernández Vara, y se llevó otros dos libros: sobre Extremadura y sobre los 25 años de la cooperativa alimentaria Acorex. Solomont se comprometió a colaborar para introducir en Norteamérica el jamón ibérico, y otros productos, por su calidad y seguridad alimentaria.


«Es el campo, idiota, es el campo», parafraseando a Bill Clinton, cuando afirmaba que la economía no conoce más que de rendimiento. Es el campo la mejor manta para abrigar una crisis. El informe GEM retrata a las Vegas del Guadiana y a Jerte como las zonas más emprendedoras de la región y la industria agroalimentaria como el sector con mayores cuotas de internacionalización. Brasil, Angola, Portugal, Alemania e Italia saben de nuestras nectarinas, cerezas o aceite. Y la oferta de Solomont, con las expectativas logísticas que aún mantiene el socialista Sócrates en Portugal y la licitación del Ministerio de Fomento de varios tramos del AVE por valor de 3.700 millones de euros esta semana, abre este potencial al Atlántico. No parece casual que sean 13 empresas de capital riesgo ubicadas en EE UU las que han mostrado interés en financiar la alta velocidad española que convierte el eje Madrid-Lisboa -pero a toda la península ibérica- en la gran plataforma de mercancías entre bloques continentales. Y Extremadura, más allá de su ubicación tiene en la producción agroalimentaria su específico valor de producción, nunca rentabilizada al máximo porque las burguesías periféricas le hurtaron sus canales de comercialización.


La crisis es menos cuando se mantiene la paz social, cuando el sistema protege a los castigados por este cambio de modelo con educación, sanidad y prestaciones sociales que dulcifican la cuesta. En Extremadura, la extensión de esos servicios públicos a todo el territorio facilita que lo rural se ponga de moda. Lo hicieron los americanos tras la crisis alimentaria en los 80 con films como ‘Footloose’ y quieren apuntarse a ellas los chicos de La Siberia con el reciente Rural Parade. Y esa paz social se completa cuando los sindicatos (UGT y CC OO) y las organizaciones agrarias que ven más allá de su ombligo (UPA-UCE y COAG) acuerdan el convenio del campo para que 65.000 trabajadores cobren casi 37 euros al día en la presente campaña, un 1,5% más pese al mayor incremento del IPC. Se niegan los de siempre, los mismos que ocultan que ayer el Gobierno incluyó a los 865.000 trabajadores del campo en el Régimen General de la Seguridad Social como en 2008 permitió que otros 13.000 por cuenta propia se integraran en el régimen autónomo. El PP de Extremadura, hasta Monago en su blog, defendía hace un año que se recortara el salario de esos trabajadores. Lo que en esta campaña mantenían ASAJA y APAG. Precisamente, lo contrario para que lo rural sea atractivo a los más jóvenes. «Es el campo, idiota, es el campo». Podríamos tener por vez primera vías e industrias pero, si no acuñamos un orgullo por lo rural, que comienza por la igualdad, de nuevo comerciaríamos con burbujas y cuentos de la lechera.

Diario HOY, 29 de abril de 2011

Libro: “De lo rural a lo urbano”. Autor: Henri Lefrebvre. Editorial Península. Madrid, 1971. 268 pags.

Sitio recomendado: Puebla de Alcocer. La Siberia. Extremadura