Costes y balas de bar

2 09 2011

En la barra de un bar encontré el 2 de marzo un ejemplar de ABC. Afirmaba que Extremadura era la segunda CC.AA con menor déficit en España. El Consejo de Política Fiscal y Financiera tasó en 2,4% del PIB la deuda de ese año. Extremadura aparecía la segunda con menor deuda (2,23%), sólo por detrás de Madrid (0,69%), por debajo de la media nacional (2,8%), y con nueve CC.AA superándola con creces, liderados por Castilla-La Mancha (6,47%) y por las gobernadas por el PP, Murcia (4,95%) y Valencia (4,16%). Las administraciones públicas suman un déficit del 9,2% del PIB. Aunque el Gobierno pudo reducirlo, las regionales incrementaron en 35.997 millones de € lo previsto para ese año. De hecho, a Cospedal se le critica su sueldo pero -coherente a su ideología y currículum neoliberal en gobiernos de Esperanza Aguirre- ha presentado recortes que se cifran en el 20% del gasto, 1.817 millones de euros. Combina la reducción en educación con un incremento en ingresos por la venta de inmuebles o las privatizaciones. No soy de su cuerda, pero es lícito reconocer que ha decidido acorde a su ideario, a costa de la popularidad. Así lo ha reiterado el presidente de Valencia, Fabra. Pasan de organizar premios de Fórmula 1 y la Copa América de Vela, a reducir otro 20% el presupuesto de Camps. Rajoy -el candidato- ha señalado que estas medidas son “sembrar ahora para recoger en el futuro”.

En Valencia, los proveedores médicos bloquearán el suministro a los hospitales públicos si no se les paga. Las boticas manchegas están igual. A diferencia de ellas, la Junta de Extremadura cerró en mayo de este año su déficit contable en el 2,7% del PIB. Desde entonces, más allá de los actos de investidura, cuántos y quiénes conducen coches oficiales, la responsabilidad de la gestión del 45% del presupuesto anual es del actual gobierno. No sirve mirar para atrás, si hay margen para decidir, aunque genere costes políticos. Tampoco, escupir hacia arriba reclamando el abono de la deuda histórica, o el 1% anual de inversiones del Estado, porque -si aceptamos las encuestas que difunde el PP aunque las encargue NCC Report- en tres meses esas reclamaciones “hasta el final de sus fuerzas” las dirigirán a otro gobierno, reponsable de la elaboración de los presupuestos generales de 2012 y firmante del techo de deuda pública. Todo grito, que imita a los mejores años de Ibarra, se le revolverá en días. A Badajoz, Cáceres o Mérida, respecto a la Junta de Extremadura que hoy gobierna Monago; y a la Junta cuando tenga que cuadrarse ante el gobierno salido del 20-N y del pacto que limita el gasto público. Todo esto -como afirmaba el consejero de economía extremeño, Antonio Fernández- lo aprendí “en la barra de un bar”. Para lo demás -como él aseguraba en la UEX- “está Google”. Pero ahora, más allá del análisis, hay que tomar decisiones, con los “costes” políticos que supone. Pronto, no les quedará ni la excusa del mozo de espadas en la lidia: IU; a quien ya le llega la hora de dispararse en la ruleta rusa que supone cohabitar en los tiempos del cólera.

Diario HOY, 2 de septiembre de 2011.

Libro: “El amor en los tiempos del cólera”. Autor: Gabriel García Márquez. Editorial Sudamericana, 1992. 451 pags.

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