El canto de la calandria

22 01 2011

Sí hubo consenso en 1983, entonces entre las dos fuerzas mayoritarias: UCD y el PSOE de Extremadura. AP votó en contra

En contra de lo que afirma el candidato extremeño del PP y senador que ejerció de coportavoz para que el nuevo Estatuto de Autonomía se ratificara en las Cortes, sí hubo consenso en 1983. Lo hubo entre UCD y el PSOE, única fuerza que mantiene la llama del desarrollo autonómico y el extremeñismo desde sus inicios. Sin duda, el periodo más fecundo y de mayores cotas de bienestar de nuestra historia. Los hijos de Manuel Fraga, pese a su ímpetu por hablar extremeño cuando el único idioma oficial en nuestra región sigue siendo el castellano y la metáfora de que esta norma está escrita ‘con la tinta’ del esfuerzo de los extremeños en esta sociedad de mucha tecnología y poco papel, han aprobado la reforma de un Estatuto que, entonces no aprobaron y, durante años, tampoco creyeron en él.


El miércoles, el Senado daba luz verde al nuevo Estatuto por gran mayoría. Se abstuvo IU. Prefiero una derecha que acepte este desarrollo autonómico que la que se opuso al título VIII de la Constitución. Pero, junto a las dudas que sólo semanas antes produjo la oferta de un pacto para que gobernara la lista más votada en Extremadura -siguiendo las piruetas que algún sondeo ha producido en la bancada popular- y que necesitaría de una reforma del texto que hoy a todos nos enorgullece su aprobación, el heredero del fundador de AP, el expresidente Aznar, ha contradicho toda esa euforia autonomista y leal con la España constitucional para arremeter contra las CC. AA. Las culpa del déficit público y, antes de proponer más coordinación y eficiencia en el gasto, tira por la calle del medio y nos devuelve a la España preconstitucional, sin deparar que entre las más endeudadas están Madrid y Valencia; de derechas las dos.


Dice quien presidió las Juntas de Castilla y León que España se rompe. Algo no muy lejano a lo que ya manifestara en 1979 con una tribuna en La Nueva Rioja y no pronosticaba entrar en política nacional desde un gobierno autonómico. Dice quien pactó con CiU y con el PNV de Arzalluz que las cuentas no se aguantan y hay que poner freno a la carrera autonómica, confundiendo la lucha contra posiciones confederales como la que expresa Artur Mas -éste no se quiere limitar a la deuda pública que le obliga el Estado y amenaza con no pagar las nóminas a partir de marzo- con la vuelta a una España y uniforme. El problema no es que profundicemos en el autogobierno, sin ser desleal a España -como se le reconoce al estatuto extremeño- sino en que eso exige unos niveles de responsabilidad que imposibilita descargar en otros los pecados de gestión: ni la Generalitat en el Gobierno de España, ni tampoco el ‘paraíso fiscal’ de la comunidad madrileña, que mira a otro lado cuando hay que buscar recursos propios. No tendría importancia lo que Aznar dice si, en plena Convención Nacional del PP en Sevilla, Rajoy y los líderes autonómicos del PP que concurrirán a las elecciones de mayo, no sufrieran de nuevo con su presencia. Aznar abrió esta cita preelectoral de los popularescon una ponencia . Para tomar nota. Por mayo será, por mayo, cuando cante la calandria.

Diario HOY, 22 de enero de 2011

Libro: “Romance del prisionero” en Flor de Romances Viejos. Autor: Ramón Menéndez Pidal. Espasa-Calpe, 1978. 262 pags

Sitio recomendado: Congreso de los Diputados. Carrera de San Jerónimo. Madrid