Cáceres 2016 representa el abrazo entre dos culturas, el puente entre Europa y América a través de su historia y su lealtad
La ciudad vieja de Cáceres fue declarada en 1968 por el Consejo de Europa como Tercer Conjunto Monumental del continente, después de Praga y Tallin. En 1986 no causó mucha sorpresa en Extremadura que fuera el primer enclave de la región que obtuvo de la Unesco el título de Patrimonio de la Humanidad. Cualquiera que la visite deparará que torres y nobles palacios están desmochados, que no tienen almenas. Todos, menos el “de las Cigüeñas”, la Casa de los Cáceres-Ovando, hoy sede del Gobierno Militar en la plaza de San Mateo, y origen de la dimensión iberoamericana que impregna a la firme candidatura extremeña a la Capitalidad Cultural Europea de 2016. La de Bujaco, la Albarrana, la del Aire, la del Postigo, la del Palacio Carvajal, la de Sande… están desmochadas. La Reina Isabel castigó así el apoyo de los dueños de esos palacios o casas nobles a Juana de Trastámara, “La Beltraneja”, rival al trono tras la muerte de Enrique IV. Todas menos la que cobijaba al capitán Diego de Cáceres Ovando, fiel amigo y vasallo, que ya ayudara al hermano de “La Católica” a derrotar al clavero Alonso de Monroy en sus aspiraciones para gobernar la Orden de Alcántara.
Uno de sus hijos, Fray Nicolás de Ovando, fue el primer gobernador de la isla La Española (hoy República Dominicana y Haití) “de todas las costas y Tierra Firme de las Indias Occidentales”, sustituyendo al propio Cristóbal Colón. El último de los apoyos a la candidatura lo ha mostrado el pasado 26 de julio el Secretario Iberoamericano, el uruguayo Valentín Iglesias. Tres años antes, lo hizo el embajador de Portugal en España, Alvaro Mendoça, sabedor de la relevancia que tendrá la conexión entre ambos Estados por alta velocidad en esas fechas: “Portugal es nuestro elemento diferenciador” -repitió Fernández Vara durante un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo este verano. Si Cristóbal Colón salió de Palos de Moguer, Lisboa fue el puerto mas cercano para llegar de su primera aventura, hoy también la ruta más cercana para abrir nuevas relaciones comerciales con mercados emergentes en América como el brasileño o el mexicano.
Nicolás de Ovando exploró y reconoció las Antillas, abriendo la expansión a Cuba. Hoy, una cubana está al frente de la gestión de la candidatura y el pianista Chucho Valdés es uno de sus embajadores. Parece algo más que simbolismo, y no es común la casualidad. En días en los que el régimen castrista acepta ya licencias para pequeños comerciantes y el mundo aguarda paciente una transición hacia la democracia, la candidatura cacereña -que se dirimirá el próximo 27 de septiembre en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía y sabremos tres días después si es finalista- ha encontrado en su “abrazo” desde Europa a América, desde la comunión entre la Fundación Academia Europea de Yuste, el CEXECI, Foro Sur, otros alemanes enamorados de Extremadura como Wolf Vostell o Helga de Alvear y la vinculación con América que se renueva el próximo año con el quinto centenario de Orellana, o en 2013 con Nuñez de Balboa, no sólo el puente entre dos continentes a través de la cultura, sino la mejor de las fortalezas para que se otee su bandera por el resto de ciudades candidatas. Cáceres es opción respetada, con almenas sólidas y suficientes en su proyecto. Ya nos toca a los extremeños, más ocupados durante siglos del exterior que por nuestros intereses. Y esta vez no se trata sólo de solidaridad, también sería justicia a la lealtad que durante siglos mostraron estas tierras al proyecto común de Estado, europeo, dentro de la comunidad iberoamericana, herederos colectivos del linaje de los Cáceres-Ovando.
Diario HOY, 14 de agosto de 2010
Libro: «Nicolás de Ovando y los orígenes del sistema colonial español (1502-1509)». Autor: Esteban Mira Caballos. Autoedición, 2000. 201 páginas.
Sitio Recomendado: «Palacio de las Cigüeñas o Casa de los Cáceres-Ovando». Plaza de San Mateo. Ciudad Monumental de Cáceres. Extremadura.